Es facil caer en la tentación de creer que si algo o alguien no nos interesa o nos pasa desapercibido al resto de la sociedad le pasa algo parecido, es lo que suele ocurrir con los comunmente denominados Sin techo.
A lo largo de nuestras vidas los hemos visto, tal vez durmiendo en un banco o en cualquier cajero, pidiendo limosna con su perro y arropado por una andrajosa manta e incluso intercambiando cartones de vino con otros compañeros, pero seguro que también, una vez vistos y puede que dedicandoles una mirada de desprecio, nos hayamos olvidado de ellos, como mucho dedicarles un "pobrecitos" o, en otros casos, "se lo habrán buscado".
Pero...
